Se trata de una casa del siglo XVIII que se sitúa en el margen de la carretera General del Norte, en un entorno de especial interés y con una privilegiada posición, sobre elevada respecto al entorno cercano, que cae en fuerte pendiente en el sentido N-S, que hace que mantenga su preeminencia visual, constituyendo un referente inmediato desde la propia vía (TF-152), con inmediato acceso peatonal y amplia área de aparcamientos.
Durante el siglo XIX, funcionó como casa de parada y fonda para el tránsito de personas que viajaban desde la zona Santa Cruz – Laguna hacia el norte. Una vez ahí, los huéspedes, se trasladaban en burros hacia el interior del municipio. Así lo avala el historiador Enrique Acosta.